martes, 19 de mayo de 2009

Amor

Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy mas que metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si entiendo todos los misterios y poseo mucho conocimiento y si mi fé lograra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que tengo y entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja facilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera y lo soporta. Todas las cosas se pueden acabar, pero el amor nunca desaparecerá. Hay tres virtudes importantes: Fé , Esperanza y el Amor. Pero la más excelente de ellas es el AMOR

domingo, 17 de mayo de 2009

Ser Feliz =)

Se cuenta una fábula acerca de un joven huérfano que no tenía familia ni nadie que lo amase. Sintiéndose triste y solitario, caminaba un día por un prado cuando vio una pequeña mariposa atrapada en un arbusto espinoso.

Cuanto más pugnaba la mariposa por liberarse, más profundamente se le clavaban la espinas en su frágil cuerpo. El muchacho liberó con cuidado a la mariposa, pero ella, en lugar de irse volando, se transformó ante sus ojos en un ángel.

El muchacho se frotó los ojos sin poder creerlo mientras el ángel decía:

- Por tu maravillosa bondad, haré lo que me pidas.

El muchachito pensó por un momento y luego dijo:

- Quiero ser feliz.
- Muy bien –le respondió el ángel y luego se inclinó hacia él, le susurró al oído y
desapareció.

Al crecer el pequeño, no hubo nadie en el país más feliz que él. Cuando la gente le pedía que les dijese el secreto de su felicidad, solamente sonreía y decía: “Escuché a un ángel cuando era niño”.

En su lecho de muerte, sus vecinos se reunieron a su alrededor y le pidieron que divulgase el secreto de su felicidad antes de morir. Finalmente, el anciano les dijo: “El ángel me dijo que cualquiera, sin importar lo seguro que pareciese, fuese joven o viejo, rico o pobre, me necesitaría”.

Con frecuencia amamos las cosas y usamos a las personas,
cuando en realidad deberíamos usar las cosas y amar a las personas.