jueves, 24 de diciembre de 2009
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Tú me examinas, tu me conoces. Sabes cuando me siento y cuando me levanto, aun a la distancia me lees el pensamiento.
Todos mis caminos te son familiares. No llega aun la palabra a mi lengua cuando tu, ya la sabes toda.
Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.
A donde podría huir de tu presencia? Su subo al cielo, allí estas tu. Si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estas allí. Si me elevara sobre las alas del alba o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría.
Tu creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre; tus obras son maravillosas y esto lo sé muy bien!
Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo mas recóndito era yo formada, cuando en lo mas profundo de la tierra era yo entretejida. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación. Todos mis días se estaban diseñando.
Examíname y sondea mis pensamientos. Guíame por el camino eterno.